ANÁLISIS DE LUSH

Como bien vimos en la última entrada, los valores de Lush son admirables, pero ¿Es oro todo lo que reluce?

Pues bien, como ya sabemos, la marca de cosméticos es una fiel defensora del consumo sostenible, de los animales y del trabajo libre y transparente de su cadena de valor. Vaya, que hasta sus botes están hechos de productos sostenibles y reciclables.

Siguinedo el informe Approaching the future 2020 se puede decir que Lush es el prototipo de empresa que no solo aplica e incorpora las nuevas tendencias en sostenibilidad, como una Inversión responsable para un mundo más sostenible y Activismo creciente, consumo contradictorio, sino que ya desde sus incios estas tendencias han sido unos de los pilares báscios con los que se fundó la marca. Lo que demuestra la implicación de Lush con el planeta y con sus clientes, ya que todo surge de la idea de querer proporcionar a sus consumidores una manera mejor y más responsable de consumir.

En segundo plano y alejadonos del ámbito medioambiental, si es cierto que nuveas tendencias como Tecnología y transparencia: retos para la cadena de valor han sido incorporadas con posterioridad, aunque no por ello es menos válido o respetable, ya que ha sido una marca puntera en su idea de colocar una imagen del trabajador que ha fabricado el producto que estás comprando. He de decir que me quito el sombrero, Lush.

Sin embargo, algo que personalmente me chirría de una marca tan ética y concienciada, y que seguro más de uno estará de acuerdo conmigo, son sus famosísimas bombas de baño. Es cierto, que su producción y componentes no son para nada cuestionables, y que sus llamativos colores y olores no dejan indiferente a nadie, pero ¿Y su uso? Las bombas de baño solo se pueden utilizar llenando una bañera. Para esto, según los expertos, se necesita una media de 230 litos de agua, suponiendo que sea una bañera estandar, y como muchos dicen: el mundo no está ni para desaprovechar el agua, ni mucho menos el dinero que esta supone.

Por lo tanto, o a Lush se le ha pasado por alto la cantidad de agua que se desperdicia llenando una bañera o simplemente no le importa promover el uso inecesario de agua cuando hay países que sufren sequía.

A pesar de este fallo, se puede decir que Lush es una de las marcas de cosméticos actualemente más concienciada y fiable en la que alguien puede depositar su confianza, al fin y al cabo, nadie es perfecto, y mucho menos una empresa.